Por Gabriel Martínez del Mármol Marín & Octavio Jiménez Robles
Macho adulto. Asaca. Foto: © J. Gállego.
Pelophylax saharicus
Mapa de distribución de
Pelophylax saharicus
en Marruecos.
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Para citar esta página:
Gabriel Martínez del Mármol Marín & Octavio Jiménez Robles (2012):
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Pelophylax saharicus (Boulenger, 1913). En: Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J. P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J. R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Anfibios y Reptiles de Marruecos y Sahara Occidental.
Disponible en old.moroccoherps.com/ficha/Pelophylax_saharicus/. Versión 23/09/2012. Consulta realizada el 23 de enero de 2021.
Para citar www.morocoherps.com en su conjunto:
Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J.P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J.R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Anfibios y Reptiles de Marruecos y Sahara Occidental.
Disponible en old.moroccoherps.com. Consulta realizada el 23 de enero de 2021.
La subespecie presente en el área de estudio es Pelophylax saharicus riodeoroi (Harris et al., 2003).
Bons y Geniez (1996) describen dos formas en Pelophylax saharicus de Marruecos, que no han sido apoyadas por los estudios alocímicos y genéticos (Buckley et al., 1996; Harris et al., 2003):
Forma septentrional | Forma meridional | |
---|---|---|
Tamaño | Grande | Modesto |
Hocico | Más puntiagudo | Más redondeado |
Patas traseras | Más largas | Más cortas |
Coloración dorsal | Muy variable. Realzada a menudo por manchas de forma variable, que van del negro al gris o al marrón oscuro, pero jamás en tonos anaranjados. | Líneas dorsolaterales débiles y coloración dorsal verde o marrón claro realzada por manchas circulares de tinte oscuro o anaranjado. |
Línea vertebral clara | Presente en la mayor parte de los individuos. | Ausente en la mayor parte de los individuos. |
Parecido morfológico a P. perezi | Grande | Escaso |
Distribución | Todo Marruecos, en el sur hasta los valles de los ríos que nacen en el Gran Atlas. | Antiatlas, regiones costeras al sur de Agadir, Zagora, Tafilalet. |
Cuadro comparativo según Bons y Geniez 1996; Geniez et al., 2004; Schleich et al., 1996.
Especímenes con las morfologías mencionadas por Bons y Geniez (1996):
Izquierda: Forma septentrional (Ifrane), Derecha: Forma meridional (Akka). Fotos: © Octavio Jiménez Robles.
La rana verde norteafricana es un anuro mediano que llega a alcanzar los 10,4 cm de longitud rostro-cloacal (Schleich et al., 1996) y que se caracteriza por su piel suave, patas largas y la presencia de dos pliegues dorso laterales glandulares.
Las variaciones en el tamaño y el peso a lo largo de las poblaciones de esta especie podrían estar relacionados con factores medioambientales como la altitud o las precipitaciones anuales (Amor et al., 2009). La cabeza tiene las mismas dimensiones de largo y de ancho. El hocico es redondeado y los ojos saltones y situados en la parte superior de la cabeza. La pupila es horizontal, y su borde inferior en ángulo y más curvado que el superior. A cada lado del hocico presenta una cresta glandular que conecta la nariz con los párpados superiores y continúa detrás de los ojos separando la espalda de los laterales. Los dedos de las extremidades anteriores carecen de membrana interdigital y a menudo presentan pequeñas protuberancias apicales. Tiene patas musculosas que le permiten dar grandes saltos y nadar rápidamente. Posee pies con membranas interdigitales que les ayudan a impulsarse bajo el agua. La piel es suave, excepto en el vientre y el borde posterior de los muslos que es granular.
La coloración es muy variable, normalmente con un fondo verde-marrón sobre el que hay manchas más oscuras. Algunos ejemplares son totalmente marrones, otros totalmente verdosos, algunos mixtos y pueden presentan tonos rojizos en los pliegues laterales. Puede presentar una línea central de color verde o amarillento.
Respecto al dimorfismo sexual, las hembras son más grandes. Los machos tienen los brazos más gruesos y callosidades nupciales, que toman un color marrón oscuro durante el periodo de celo. Los machos poseen dos sacos vocales de color grisáceo en las comisuras de la boca, con los que llaman a las hembras y advierten de su presencia a otros machos, durante la época de la reproducción.
Es una especie estrictamente acuática muy fácil de divisar por estar activa tanto de día como de noche, si bien, algunas actividades las desarrolla habitualmente durante la noche (reproducción, desplazamientos, dispersión de juveniles…). Durante el día suelen permanecer inmóviles en la orilla de una charca o dentro de esta pero con la cabeza fuera a la espera de presas, y si no hay amenazas cerca los machos pueden cantar a plena luz.
Los estudios sobre su actividad anual son contradictorios (Schleich et al., 1996). Los ejemplares de zonas a baja altitud no deben de realizar diapausa invernal pero quizás sí una disminución de la actividad. Los individuos de alta montaña se ocultan en los meses más fríos en la hojarasca del fondo de la charca o en grietas como hacen el resto de ranas de este género. Respecto a la estivación, mientras exista algo de agua, se mantienen activas, como atestiguan encuentros con este anuro en agosto en Assa con temperaturas superiores a los 50º. Si se seca la charca o el arroyo donde viven, se introducen en pozos o si no los hay, se ocultan en madrigueras o bajo grandes piedras donde encuentran humedad a la espera de lluvias.
El periodo reproductivo varía en función de las temperaturas de la zona donde se sitúe la población, si bien, parece que en general transcurre en los meses de marzo-mayo. Durante la reproducción los machos se vuelven territoriales. Croan a la espera de que aparezcan las hembras, y si un macho entra en el territorio de otro, este nada a gran velocidad hacia el intruso para expulsarlo (Schleich et al., 1996). Si el intruso es una hembra el macho se aferra a esta mediante amplexus axilar. Cuando accidentalmente un macho agarra a otro, éste último emite sonidos agonísticos y se revuelve hasta librarse de su opresor.
Amplexus. Guelmim. Foto: © Gabri Mtnez.
Las puestas constan de 5.000 a 10.000 huevos. Los renacuajos eclosionan midiendo 0,7-0,8 cm, sufriendo la metamorfosis cuando ya miden 4,5-7 cm aunque si han pasado el invierno como renacuajos pueden llegar a medir hasta 12,5 cm excepcionalmente. Se transforman en ranas de 1,2-2 cm (Schleich et al., 1996).
Su estrategia de caza puede ser forrajeo activo o pasivo (Schleich et al., 1996). Casi siempre se la observa totalmente inmóvil en la orilla de la charca o dentro de esta, manteniendo la cabeza fuera. Cuando algún insecto sobrevuela la charca es capturado mediante un salto y proyectando la lengua a cierta distancia. En otros casos cuando la presa cae o entra en el agua la rana nota las vibraciones y acude a capturarla si no es excesivamente grande. Estas ranas son muy voraces y oportunistas atacando a cualquier animal pequeño que encuentren a su alrededor: insectos, arañas, moscas y en general cualquier invertebrado, así como reptiles, peces y otros anuros incluidos juveniles de su propia especie (Schleich et al., 1996; García-Cardenete et al., 2011).
Las ranas del género Pelophylax son presa de un amplio abanico de animales: galápagos, culebras del género Natrix, aves rapaces, aves zancudas, mustélidos, ratas, etc… (Schleich et al., 1996). Su principal mecanismo antidepredatorio es la huida. Ante un depredador salta al agua a gran velocidad gracias a sus fuertes muslos y bucea veloz con sus patas palmeadas hasta el fondo de la charca, donde permanece inmóvil varios minutos. Después sube a la superficie con mucha precaución. Cuando es encontrada en tierra trata de saltar a gran velocidad al refugio más cercano (al agua, a un matorral, a un montón de piedras…). Si no puede huir, puede levantar el cuerpo sobre las extremidades y con la cabeza inclinada hacia el suelo simulando tener mayor tamaño.
Mecanismo defensivo en Pelophylax saharicus. Guelmim.
Foto: © Baudilio Rebollo Fernández.
Es la especie de anfibio más común de Marruecos, ocupando todos los pisos bioclimáticos, excepto en el sur, donde es muy rara y sólo ha sido hallada en localidades puntuales en el Aaiún y alrededores. Su rango altitudinal se encuentra entre el nivel del mar y los 2.670 metros (Bons y Geniez, 1996).
Está presente en casi todos los puntos de agua, desde charcas temporales hasta lagunas o ríos. Es también frecuente en estructuras artificiales (Bons y Geniez, 1996; Schleich et al., 1996).
Ejemplos de hábitats de Pelophylax saharicus en Marruecos.
Arriba: Tánger. Foto: © Gabri Mtnez; Centro: Akka. Foto: © Octavio Jiménez Robles; Abajo: Assa. Foto: © Gabri Mtnez.
Según los criterios de la IUCN la rana verde norteafricana se encuentra en un estado de conservación de "Preocupación Menor" (LC: Donaire-Barroso et al. 2008). Aunque es un anfibio muy abundante se ha visto gravemente afectado por la degradación y destrucción de sus hábitats asociados a la expansión urbanística de las ciudades, las desecaciones y las contaminaciones de carácter puntual (Pleguezuelos et al., 2002).
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